
Juan Carlos Rodríguez García, presidente estatal de la Cámara Nacional de la Industria de Desarrollo y Promoción de la Vivienda, alertó que la mejora en la calidad de vida de las familias se ha visto limitada debido a la escasez de subsidios federales destinados al apoyo en la adquisición de vivienda popular.
Resaltó que la posibilidad de comprar una vivienda mediante crédito, en lugar de continuar con el alquiler, depende de la capacidad del trabajador de acceder a montos adicionales que complementen su financiamiento.
Explicó que una parte de la población se ve en la necesidad de incurrir en deudas adicionales o aportar enganches importantes para lograr la financiación por parte de instituciones como el Infonavit.
A pesar de estas circunstancias, señaló que hay quienes optan por financiamientos suplementarios al crédito de vivienda, conscientes de que el gasto puede ser equilibrado con lo que se dejaría de pagar en renta.
Reconoció que la calidad de vida mejora sustancialmente para quienes acceden a un crédito de vivienda popular, especialmente si se considera que hay familias enteras residiendo en casas de abuelos o parientes. «Incluso con restricciones, hay casos de personas que viven en un sólo cuarto o en espacios extremadamente reducidos y mal distribuidos dentro de la vivienda de otro», mencionó.
Rodríguez García sostuvo que tener una vivienda propia brinda privacidad y la posibilidad de disfrutar de espacios diseñados para funciones específicas.
Finalmente, destacó que la reducción en el número de miembros por familia ha sido notable en tiempos recientes, lo cual ha alterado el estilo de vida y la dinámica diaria dentro del hogar.