Sergio Alonso Méndez

La Noticia:

La elección presidencial en Turquía definirá no sólo quién dirigirá el país, sino también su rumbo hacia una senda más laica y democrática, la gestión de la crisis económica y las relaciones con otros países… (eleconomista.com).

Comentario:

Después de la primera vuelta de unas elecciones reñidas, el hombre fuerte de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, aunque lideró la votación, no consiguió sumar el 50% que le hubiera otorgado el triunfo en esta instancia. Tendrá que medirse en segunda vuelta a Kemal Kilicdaroglu, quien quedó en segundo lugar, 5 puntos porcentuales por detrás de Erdogan. ¿Qué importancia reviste esta elección para el mundo? ¿Cómo está la situación en Turquía?

Recordemos primero quién es Erdogan, el actual presidente. Ganó las elecciones en 2002 y desde 2003 ha gobernado Turquía. Primero como primer ministro y después como presidente. En 2016 hubo un intento de golpe de estado que Erdogan logró superar y desde entonces consolidó y concentró su poder en el gobierno. De hecho, ya tiene dos periodos como presidente y está buscando un tercero, cuando la constitución sólo permite dos. Pero él se siente por encima de la constitución.

Representa la imagen de un gobierno dictatorial y de ahí la importancia de estas elecciones. Si puede ser derrotado, podría dar esperanzas a otros países (Nicaragua, Venezuela, Guatemala, El Salvador, etc.) con hombres fuertes en el gobierno, de que la situación podría cambiar en las urnas. ¿La democracia puede prevalecer aún en países con gobiernos autoritarios? Se requieren ejemplos para creerlo y los expertos están al pendiente de Turquía.

¿Por qué Turquía? Las condiciones en Turquía se han deteriorado. La inflación está disparada, los terremotos del pasado febrero dejaron ver muchas fallas en los reglamentos de construcción y muchos defectos en el manejo de la crisis. Además, la gran cantidad de migrantes de Siria pone presión en la economía del país. La oposición, al ver lo anterior, decidió que era el momento oportuno para sacar a Erdogan del poder. Seis partidos de oposición se unieron y nombraron candidato a Kemal Kilicdaroglu. ¡Seis partidos de diferentes tendencias! (Los tres de México se quedan cortos).

Las encuestas ponían a Kilicdaroglu adelante, pero en la primera vuelta quedó 5 puntos por debajo de Erdogan. Habrá una segunda oportunidad en la siguiente ronda, aunque se antoja difícil que todos los que votaron por el tercer candidato se vuelquen a favor de Kilicdaroglu. Y en un par de semanas. Al parecer, Erdogan continuará sumando años a los veinte que ya tiene en el poder. Lo peor es que dará esperanzas a los gobiernos autoritarios de Latinoamérica: se puede seguir gobernando con mano dura, si ni siquiera dos terremotos con 50 mil muertos pudieron derribar a Erdogan. Esperemos la segunda vuelta y confiemos en que los turcos den la sorpresa. El mundo se lo agradecerá.

Sergio Alonso Méndez posee un doctorado en Negocios Internacionales por parte de la Universidad de Texas

salonsomendez@gmail.com