Rubén Andrés Moreno de la Rosa
Hoy en día, el trabajo se ve no sólo como un medio de subsistencia, sino también como una forma de desarrollo personal libre y autónoma, sin embargo, no siempre ha sido así, sino que esto ha sido el resultado de un proceso histórico que nos ha llevado a desarrollar un nuevo concepto que ha tomado suma importancia en la actualidad: el trabajo decente.
El trabajo históricamente ha tenido las siguientes concepciones:
1.- Como un castigo divino: tanto en la biblia y otras mitologías, el trabajo es visto como un castigo impartido por la divinidad a los hombres como consecuencia de su rebeldía y deseo de adquirir mayor conocimiento.
2.- Como una forma de humillación: en los tiempos de la Edad Media, el trabajo era percibido como algo denigrante, propio de los plebeyos y los esclavos, reservándose para los nobles el privilegio de vivir sin ocupación fija o del disfrute del ocio.
3.- Como una forma de tortura: en muchas civilizaciones, el trabajo forzoso era usado como una forma de tortura contra los criminales y esclavos capturados de pueblos vencidos.
4.- Como una forma de desarrollo social: a partir del siglo XIX, desapareció la antigua relación AMO-SIERVO y, gracias a ello, el trabajo se convirtió en una manera de subsistencia y desarrollo libre y autónomo.
- Función social-económica: finalmente, en la actualidad, se considera que el trabajo de cada oficio o profesión cubre una necesidad social y no sólo es un medio para subsistir y desarrollarse individuamente.
Como consecuencias de estas nuevas percepciones sobre la naturaleza del trabajo, empezaron a hacerse nuevos análisis y estudios sobre el valor del mismo, así como de las condiciones generales que el mismo debe tener para cumplir con estas funciones de desarrollo social e individual, y es precisamente en este contexto donde, en el año de 1999, la Organización Internacional del Trabajo creó el concepto de “trabajo decente” como el estándar al que todas las actividades productivas deben aspirar.
El trabajo decente se entiende como aquella actividad social mediante la cual se presta un servicio específico a la sociedad, el cual tiene las siguientes características:
1.- El trabajo es elegido libremente, sin ninguna forma de violencia o coacción.
2.- Debe proporcionar ingresos suficientes para satisfacer las necesidades económicas y familiares básicas.
3.- Se ajusta a los derechos laborales y a la dignidad de las personas.
4.- Proporciona seguridad básica a través de protección social.
5.- Garantiza condiciones laborales adecuadas.
En caso de no cumplirse con estas condiciones, estaríamos frente a un “trabajo no decente”, el cual tiene como principal característica la alienación.
La alienación es un proceso donde el trabajo, en vez de permitir el desarrollo de la personalidad, deshumaniza al individuo, hace que se vuelve ajeno a sí mismo.
El trabajador está alienado cuando sólo siente que le hace ganar en la empresa, pero él no experimenta ninguna satisfacción u orgullo en la actividad que realiza, lo cual tiene como consecuencia que el trabajador sienta agotamiento emocional, trabaje menos eficientemente y con menos motivación y que finalmente termine renunciando a su empleo (cuando se le presente la opción).
Existen factores que propician la alienación como son:
1.- El trabajo repetitivo.
2.- Condiciones laborales donde el trabajador no obtiene nada más allá de lo que produce (con excepción de su salario).
3.- Pérdida de sentido de la actividad laboral que realiza.
4.- La utilización de la persona sólo como un medio: esto hace que se despersonalice el trabajador y se considera reemplazable e irrelevante.
Como se puede apreciar, el trabajo decente es un concepto complejo e importante para nuestra sociedad, pues, al final de cuentas, todos necesitamos trabajar para subsistir, por lo cual resulta necesario determinar las condiciones para que esta actividad sea realmente una forma de desarrollo personal.
Muchas gracias por su atención y si desea compartir comentarios y perspectivas puede comunicarse conmigo a mi correo: rubenmoreno0034@gmail.com