La muerte de tres jóvenes y la desaparición de 43 estudiantes normalistas ocurrida el pasado 26 de septiembre tras un incidente con policías de Iguala, en el que los agentes municipales y hombres armados les dispararon y secuestraron por órdenes del presidente municipal de Iguala, Guerrero, es un botón de muestra de la grotesca situación que vive el país que tiene como telón de fondo los miles de desaparecidos que desde el sexenio anterior se vienen arrastrando. La cifra oficial es de 22,322 personas desaparecidas, otras cifras hablan de más, pero ya esta cifra oficial resulta escandalosa. El más reciente registro de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), indica que 37 mil personas se encuentran desaparecidas, las cuales suman casi 15 mil más de las que había revelado el gobierno.

Tan solo con la búsqueda de los jóvenes estudiantes en Guerrero se han descubierto 19 fosas clandestinas donde se apilan los cadáveres de personas no identificadas y que solo salieron a la luz por la presión de encontrar a los normalistas, y que al día de hoy la PGR y el Gobierno de Guerrero no han dado la cifra de cuerpos encontrados en las 19 fosas.

Con más de dos sexenios sumidos en una vorágine de violencia, donde las ejecuciones, secuestros, descuartizamientos y matanzas eran noticia diaria, parece que la sociedad mexicana se está inmunizando al horror e insensibilizando ante la tragedia, pero basta dar una mirada a las condenas mundiales por el caso Ayotzinapa para saber que el mundo está horrorizado y tiene una imagen de violencia en nuestro país; a continuación, sintetizo los pronunciamientos más destacados a nivel internacional:

29 de septiembre:

La organización humanitaria WOLA (Oficina de Washington para Asuntos Latinoamericanos) mandó una carta al Gobernador de Guerrero, Ángel Aguirre, para condenar la intervención policial en Iguala.

2 de octubre:

Activistas protestaron frente a la Embajada de México en Londres para exigir la localización con vida de los 43 estudiantes de la Normal de Ayotzinapa.

3 de octubre:

El Sistema de las Naciones Unidas en México señaló que “está profundamente conmovido por lo ocurrido y se une respetuosamente a la zozobra de las familias, el dolor de los deudos y al clamor de la ciudadanía para que se encuentre con vida a los desaparecidos”.

La OEA, a través de José Miguel Insulza, secretario general, consideró que lo ocurrido en Guerrero afecta no sólo a México, sino a la región latinoamericana.

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) -parte de la OEA-, emitió la resolución 28/2014 y la medida cautelar 409-14, con la cual pidió al Gobierno mexicano medidas cautelares y de protección para los jóvenes normalistas de Ayotzinapa.

8 de octubre:

Se realizó una jornada mundial donde ciudadanos de varias ciudades de Europa, Estados Unidos y países de América Latina se manifestaron frente a Embajadas o Consulados de México.

Human Rights Watch (HRW) en voz de su director para las Américas, Miguel Vivanco, dijo que lo ocurrido en Guerrero es lo más grave en México en materia de derechos humanos en las últimas décadas.

10 de octubre:

Más de veinte integrantes del Parlamento Europeo mandaron una carta a Peña Nieto y a la Alta Representación de la Unión Europea para Asuntos exteriores condenando los hechos de Guerrero y solicitando que se congelen las negociaciones para la modernización del Acuerdo Global de México con la UE.

Amnistía Internacional en México por su director ejecutivo, Perseo Quiroz señalo “A pesar de la promesa del Presidente Peña Nieto de ‘ir a profundidad y tope donde tope’ en Iguala, Guerrero, las familias de los estudiantes desaparecidos continúan sufriendo las consecuencias de una investigación judicial caótica y hostil.”

El Departamento de Estado de EU renovó sus alertas de viaje a México y recordó que Guerrero es la entidad más violenta del país con 2 mil 87 homicidios y 207 secuestros.

11 de octubre

Legisladores de al menos 33 países de América Latina y el Caribe, exigieron al Gobierno mexicano esclarecer los hechos de Ayotzinapa.

12 de octubre

Los países de Europa expresaron “su profunda preocupación” por los hechos de Ayotzinapa y también los de Tlatlaya, en los cuales militares ultimaron a presuntos criminales.

El atroz suceso de la desaparición de los normalistas nos recuerda que en un país de impunidad nadie está a salvo ni tranquilo, y basta recordar que nuestro estado tiene sus desaparecidos. Un pequeño repaso son los levantados del Maverik (2007) o los levantones de los funcionarios de seguridad pública de Tepezalá y San José de Gracia (2008) que pasadas administraciones y varios procuradores al día de hoy no dan una respuesta a sus familiares.

Me duele decirlo, pero ante lo anterior poco falta para que el mundo deje de ver a México como un país mágico, de alegría y tequila, por uno donde la violencia y atrocidades se podrían comparar con Irak o Afganistán. Ojalá esto sea una cubetada de agua fría a nuestro pueblo y despierte y le cobre a la clase política pronto, pues todos son culpables, pocos de la clase política se salvan.