
CIUDAD DE MÉXICO.- La estrella de la subasta no estaba ese día en los anaqueles ni en las paredes de la sala, sino estacionado afuera de ella: un 612 Scaglietti 2005, el Ferrari más nuevo que ha subastado la casa Morton en México.
Dentro del Salón Moliere, a donde asisten parejas, compradores solitarios y hasta familias enteras, los precios de las pujas ascienden al ritmo que canta la martillera.
Entra a subasta un nacimiento de 44 piezas.
«Seis mil estoy buscando, 6 con Alan; 6 mil 500 pesos estoy buscando, 6 mil 500 con Aline; 7 mil pesos por este nacimiento, estoy buscando 7 mil, 7 mil, ¿alguna oferta más?», de esa forma se subastan roperos franceses del siglo 20, figuras de porcelana y abrigos de mink, entre otras 300 piezas que son presentadas una a una.
Sin embargo, el 612 Scaglietti es la pieza estelar: su carrocería en color azul metálico es la imagen del cartel que se encuentra a la entrada del local y que se repite en las postales que se ofrecen en el mostrador.
Numerado como el lote 200, el Scaglietti 2005 no sólo es la pieza con el precio más alto de la subasta, su diseño da cuenta de la transformación de los vehículos de Ferrari, pues es el primer automóvil de la marca que cuenta con un motor V12 y que fue construido completamente en aluminio.
Asientos de piel, una velocidad máxima de 320 kilómetros por hora y una aceleración de 0 a 100 kilómetros por hora, en 4.2 segundos. Sin embargo, más allá del lujo, el 612 incrusta en su nombre la memoria del diseñador Sergio Scaglietti, recordado en Ferrari por implementar el uso de chasis en aluminio.
El odómetro del Scaglietti tiene poco más de 28 mil kilómetros; de acuerdo con su actual dueño, sólo es usado para viajar.
Nervioso, el valuador de autos de Morton, Christian Ríos, fuma un cigarro frente al Scaglietti; su trabajo fue revisar minuciosamente el auto, incluso lo manejó para asegurarse de que el cuarto Ferrari subastado por Morton estuviera en buenas condiciones.
No obstante, no está completamente seguro de que se vaya a vender.
Para las 13:00 horas, ya se han puesto en subasta más de la mitad de los lotes. Llega el turno del Ferrari, el cual es anunciado por la martillera.
«Por este lote, el lote número 200, busco 2 millones 700 mil pesos, 2 millones 700 mil pesos estoy buscando por este Ferrari que pueden ver en las imágenes», hasta la encargada de llevar el registro de las ventas pierde la compostura solemne y se voltea a la pantalla para ver el Scaglietti.
Se producen miradas incómodas entre algunos asistentes, otros voltean a ver las hojas con la guía de las piezas subastastadas; quizá nadie consideró desembolsar esa cantidad de dinero.
La martillera insiste.
«Este coche no es nada común, es de cuatro plazas, que es algo muy difícil de encontrar en estos coches; está inspirado en el Ferrari Rossellini Bergman de 375 MM; es un gran coche», con sus oraciones parece rascarle datos a la ficha descriptiva del Ferrari.
«Me voy contento porque me quedo con mi coche», dice el todavía dueño, al finalizar la subasta. Sin embargo, dos semanas después, el anuncio de un Ferrari 612 Scaglietti 2005 con 28 kilómetros recorridos y un precio de 2 millones 700 mil pesos llega a internet.