Los comerciantes

La zona de La Purísima destaca su dinamismo y actividad, sin duda por el templo, su tianguis, su mercado, por el parque, pero hay otro factor que está presente constantemente y que también da vida y color al barrio, ese es su comercio formal o permanente, los que tienen un negocio en uno de los locales o fincas que están en una de sus calles. Infinidad de productos y servicios para satisfacer las necesidades tanto de vecinos como de visitantes.

En un inicio, de manera natural, la primera zona en comenzar a ser comercial fue la glorieta y las calles con mayor tránsito, la Poder legislativo, la Ezequiel A. Chávez y Alameda, también las fincas más cercanas a la glorieta de las otras calles. Negocios como neverías, abarrotes, ferreterías, tlapalerías, cantinas, papelerías, tiendas de abarrotes, mercerías, reparación de calzado, sastrería, farmacias o boticas que quien atendía te consultaba y recetaba de enfermedades menores, y la infaltable tortillería estaban al servicio de lunes a domingo; así como expendios de petróleo o los de leña y carbón, que hasta la década de los 80’s todavía se encontraban funcionando. Lo que provocó que el barrio tuviera una dinámica constante, no comparada con la intensidad de martes y sobre todo domingo, pero destacaba por sobre otros barrios de la ciudad.

Negocios de tradición, como el A’s ubicado en Alameda ofreciendo sus nieves y paletas (la característica de coco), así como combinaciones extrañas, pero deliciosas, como refresco de cola con nieve de limón o vainilla; también añejas y populares cantinas, El Jonny, Bar Alameda o La Feria de las Flores que recibían a los trabajadores para encontrar un rato de camaradería y diversión, principalmente ferrocarrileros que se reunían en grupo en la de su elección, dulcería como la “Chachita” surtiendo a familias para sus puestos de dulces en sus casas. Las tradicionales reparadoras de zapatos con añejos clientes como la ubicada en Cosío o la que estaba en Ezequiel A. Chávez y también tenía salida a Poder Legislativo para dar una segunda o tercera vida al calzado.

La dinámica generó que a inicios de la década de los 90, el Gobierno lanzara un proyecto intentando “regularizar” y “dar orden” al comercio de La Purísima, construyendo una zona tipo centro comercial, ofrecía locales dando “prioridad” a quienes tuvieran un puesto o fueran vecinos del Barrio, “Aguastianguis”. Pero por la mala planeación en su diseño, pues no invitaba a que el transeúnte entrara (algunos decían que parecía una cárcel), pocos espacios de estacionamiento, mala ubicación, un mal procesamiento tanto con los liderazgos como los mismos tianguistas, comerciantes y vecinos, fue un rotundo fracaso, sólo llegando a venderse menos de la mitad de los espacios y estar sólo al 10% en funcionamiento.

Pero el dinamismo no se detenía en el corazón de La Purísima; siendo la glorieta el punto de encuentro, sin duda llamó la atención, por lo que distintas familias -tanto vecinas como de otras zonas- se aventuraron a abrir un negocio, también algunos tianguistas decidieron buscar un local para poder ofrecer sus productos todos los días de la semana. Esto provocó que la zona comercial se ampliara de forma paulatina en calles que eran “tranquilas” (que hasta se podía jugar un partido de futbol por sus carriles), y que los hogares comenzaran a transformar sus salas o cuartos que daban a la calle en locales para abrir un negocio familiar o ponerlo a la renta.

Ahí se comenzaron a construir patrimonios familiares que transformarían la vida de familias, pues familias completas se integraban a los procesos de esas empresas familiares, padre, madre, hijos e hijas de todas las edades cumplían una función y aportaban algo para atender el negocio que daba sustento. Dando la oportunidad para que las generaciones menores, aprendieran el oficio o la dinámica del negocio y poder independizarse y poner el propio o dar la oportunidad de terminar sus estudios y ser un profesionista en la familia, ambos casos cumplían una importante función, la movilidad social y poder tener un patrimonio propio y aspirar a una “mejor” vida. Ejemplos como el A’s, Cenaduría El Sopecito, Tortillería Guadalupe, La Michoacana de La Puri, Mariscos El Melón, Regalos Alice, Ferretería El Águila, Birriería o Carnitas San Pancho, Mercería La Richard, entre muchos otros construyeron y siguen aportando en el desarrollo de Aguascalientes.

¿Tú qué negocio recuerdas de La Puri?

Se reciben precisiones, datos o sugerencias para enriquecer este proyecto a honoerato@hotmail.com; Instragram: noeg360; Twitter: @noeg2