La oportunidad de impartir cátedra en una universidad para un profesionista es comparable a “ir al gimnasio”. Estar con los estudiantes brinda muchos más aprendizajes de los que uno podría ofrecer, expresó el Arquitecto Arturo Revilla Guerra, quien lleva 45 años formando generaciones de egresados de Arquitectura en la Universidad Autónoma de Aguascalientes.
Su trayectoria académica comenzó en 1978 con la materia de Geometría Descriptiva. Rememora las ocasiones en que asistía a ceremonias de reconocimiento a catedráticos veteranos, como Don Efrén González Cuellar, y pensaba: «¡Qué aguante!». Sin embargo, ahora él se encuentra en esa misma posición.
SENSIBILIDAD Y EXIGENCIA. Una lección primordial que Revilla busca transmitir a sus estudiantes es la sensibilidad y el diálogo crítico y reflexivo, que luego se aplicará en el ámbito profesional. Se reconoce como un maestro firme y estricto en las clases que actualmente imparte en la asignatura de Proyectos Arquitectónicos. Sin embargo, destaca la importancia de actualizarse dado que los estudiantes han evolucionado desde los proyectos a lápiz hasta el uso intensivo de herramientas digitales.
Para Revilla, el estudiante debe reflexionar sobre la trascendencia de la obra y lo que representa económicamente para el cliente, que invierte su capital. Si bien a veces se busca satisfacer al cliente, es esencial hacerle notar los aspectos de funcionalidad y las posibles mejoras al proyecto.
DESAFÍO SUPERIOR. En su carrera, el proyecto arquitectónico de adecuación de la Plaza de la Patria para liberar el Teatro Morelos se posiciona como su máxima satisfacción. Cuando le solicitaron presentar un proyecto y descubrió que implicaba el derribo del Edificio de Relaciones Exteriores, sintió inmediata desaprobación. «¿Cómo es posible que vayan a derribar un edificio con tanta presencia en la plaza?», reflexionó.
Al presentar una alternativa, consideró la relevancia del Teatro Morelos en el contexto del Centenario de la Convención Revolucionaria. Así, se liberaron los costados del inmueble al expandir la Plaza, destacando tres elementos fundamentales: el Poder Histórico del Teatro, el Poder Religioso de la Catedral y el Poder Político de la Exedra.

ENRIQUECEDOR. Para el Arquitecto Arturo Revilla, combinar la vida profesional con la académica es gratificante. Equilibrar el ámbito familiar se simplifica cuando se ama la profesión. A pesar de que hay periodos de alta carga laboral, comenzar temprano y trabajar con personas capaces es invaluable, destacó.

“Es esencial concientizar a los alumnos sobre la sensibilidad y creatividad en la arquitectura. Al presentar un proyecto, el objetivo es desafiarlos, identificar áreas de mejora y poner a prueba su reflexión, asegurándose de que realmente se ofrece lo que un usuario o cliente necesita.” Arturo Revilla Guerra

Licenciado en Comunicación e Información especializado en Prácticas Informativas, con 10 años de experiencia en cobertura sobre administración pública, elecciones, educación, seguridad, justicia, economía, y empleo.