
En los últimos 15 años, las autopsias clínicas que realiza el Hospital General de México han disminuido casi a la mitad debido a que es un procedimiento que no aceptan los familiares de los pacientes fallecidos, afirmó Juan Soriano Rosas, jefe de Patología Posmortem, del nosocomio.
Dijo que en este hospital, uno de los que más procedimientos de este tipo se realizan en todo el País, realizaba alrededor de 900 autopsias clínicas al año, pero en 2015 se llevaron a cabo 450.
Esas autopsias se llevan a cabo con fines de investigación médica-científica y se requieren cuando los estudios clínicos no fueron suficientes para diagnosticar la causa del fallecimiento del paciente, explicó.
Sin embargo, detalló, por ley se requiere autorización de los familiares, quienes muchas veces no aceptan.
«(Sirven para) conocer las enfermedades que condujeron a la muerte de una persona, es saber los resultados del tratamiento, las complicaciones de las enfermedades, saber con exactitud los diagnósticos», describió.
En tanto Marco Antonio Durán Padilla, jefe de Patología del hospital, agregó que las creencias religiosas y los mitos dificultan que se lleven a cabo.
La consecuencia es que los futuros médicos no pueden estudiar las enfermedades en piezas humanas reales, sino sólo en modelos anatómicos y los familiares pierden información importante.
«Muchas enfermedades se pueden repetir en la familia, esto serviría para prevenirlas en otros», concluyó Soriano.