RODRIGO ÁVALOS ARIZMENDI
Hay cosas que tardan mucho tiempo en ver cómo cristalizan. Yo recuerdo hace unos cuatro años, cuando había mucha tensión política, cuando era el presidente de la república, Felipe Calderón, dijo en una comida de esas que organiza la revista de los líderes, en el museo de Antropología, que si los ciudadanos no estaban conformes y contentos con los partidos que había en ese tiempo, pues que hicieran mejor sus propios partidos.
-“Si las opciones políticas no les gratifican, si no los representan, si no son lo que ellos quieren, ¡hagan sus partidos!”
Fue una especie de convocatoria para que cada quien hiciera lo que quisiera. Paradójico fue que el único que le hizo caso fue su acérrimo enemigo, Andrés Manuel López Obrador, quien ya hizo su partido con unas consecuencias que a mí me parecen sumamente interesantes si se analizan únicamente desde el espectro político llamado izquierda, porque con el nacimiento de Morena todo mundo supo desde un principio que le iba a hacer una merma electoral al PRD; pero lo que no sabíamos es que junto con la merma electoral venía la purga voluntaria, el éxodo, el desmembramiento, el desgajamiento, o lo que otros han llamado, haciendo un símil con la inteligencia académica: la fuga de cerebros. Porque no podemos negar que hasta este momento se han ido los importantes, los talentosos, los que hicieron algo por el partido.
Me parece un poco pueril, y la palabra pueril es sinónimo de infantil, es una cosa de niños, esta pataleta por escrito que hace Navarrete por la salida de Alejandro Encinas queriéndolo disminuir porque ha tomado una decisión. Entonces yo no sé si patalete rima con Navarrete o porque Carlos, que es un hombre inteligente, cae en ese juego prácticamente preparatoriano, como novia despechada. “No es que tú me cortes, es que yo te corté primero porque ya tengo otro en tu lugar”. Pero no se trata de eso, se trata de entender que los fenómenos políticos no pueden estar siendo analizados de una manera tan emotiva, tan emocional, tan torpemente racionalizado. El problema del PRD es real y no se va a resolver poniendo como candidato al hijo del señor Ángel Aguirre, en la presidencia municipal de Acapulco. Así no van a resolver nada. ¿Qué gana el PRD con estos desplantes? La verdad no sé qué ganen como tampoco sé qué puedan ganar a la larga Felipe Calderón yéndose del Partido Acción Nacional, como se fue su papá; cosas raras, dicen que infancia es destino. Una persona que ayudó a Calderón en su ascenso en la ruta interna del partido fue Carlos Castillo Peraza que también se fue, y no solo se fue del partido sino que también se fue del país y como muchos han de recordar, Carlos Castillo murió cuando estaba en Alemania.
Estamos viviendo estos acomodos, que a mí, más que acomodos, me parecen desacomodos.
LO DE AYOTZINAPA VA PARA LARGO
Y ya en otro tema, le comento que el lunes de la semana que recién terminó, veíamos el deliberado desfasamiento en los mecanismos de la lógica entre una y otra manera de pensar que jamás van a lograr engranarse para movilizar una única corriente de opinión. Y me refiero por una parte a la Procuraduría General de la República y por la otra a las personas que han tomado, digamos, la vocería de los padres de los jóvenes asesinados allá en el estado de Guerrero. El gobierno de la república, en cuatro meses ha hecho todo lo que está al alcance de sus manos y con el auxilio de organismos internacionales y de personas que han contado con la aquiescencia y con la promoción de los propios interesados en que esto se sepa, me refiero a los grupos forenses de argentinos, especializados durante la guerra sucia del cono sur, y los científicos propuestos por el gobierno mexicano de la universidad de Innsbruck de Austria.
Hasta ahora los argentinos no han podido confirmar nada. Los austriacos ya confirmaron parcialmente, muy parcialmente, la versión que el gobierno sostiene y defiende, y que se parece tanto a la primera explicación que dio el Padre Solalinde ante la desaparición. La desaparición condujo al asesinato, el secuestro en su modalidad de desaparición forzada, la cual condujo al asesinato de estas personas y para borrar los rastros de esos delitos y de esas violaciones graves a los derechos humanos porque hubo autoridades mezcladas en este asunto, simplemente le dejaron su trabajo al fuego y dicen: el fuego lo purifica todo; sí, pero también lo destruye todo, y lo único que el fuego no destruye es la verdad y la verdad que pudo encontrar la Procuraduría es ésta y es la verdad que no aceptan los padres y que reclaman y proclaman sus representantes.
Hasta ahí podría uno entender, plano, en el momento, de los dos, pero hay demasiados elementos que perturban todavía más la comprensión de las cosas, por ejemplo, Vidulfo Rosales, representante legal de los padres de los 43 normalistas, acaba de decir que ellos exigen pruebas de genética. Si están exigiendo pruebas de genética están reconociendo la existencia de restos humanos. No se puede por una parte pedir eficiencia en la investigación forense y por la otra salir a la calle a decir “¡vivos los queremos!”. Si están vivos no se pueden hacer pruebas de genética en restos humanos carbonizados o no carbonizados. Ahí hay un error de lógica. Hay otro error en el planteamiento de la queja: “Queremos que siga adelante la investigación”. El procurador dijo que faltan muchas cosas por investigar, que lo que se puede confirmar son los hechos, pero que falta todo el entorno completo de los hechos, y que se va a buscar a las personas que están huidas, se va a buscar al jefe de la policía, se va a buscar a los directamente responsables físicamente de la abducción de los estudiantes.
Los padres de los 43 dicen que quieren que siga la investigación. La pregunta es: ¿quién quieren que siga la investigación? ¿La misma autoridad a la cual ya descalificaron de origen, de entrada? Es un poco extraño decir no le creemos a la Procuraduría, pero queremos que siga investigando. Pero si no le creen hoy no le van a creer mañana, a menos de que mañana digan lo que ellos quieren oír. ¿Y si no lo pueden decir porque no es así, qué va a pasar? La pregunta real en esto es: ¿Qué o quién debe hacer creíble para estas personas una investigación de esta complejidad? Pidieron forenses extranjeros. Ya los tienen. ¿Ahora van a pedir también, peritos, investigadores, ministerios públicos extranjeros? Finalmente los que hay son los que trabajan en la Procuraduría. Y esos son los que han estado durante cuatro meses reuniendo personas y logrando confesiones.
¿Qué va a pasar? Bueno, pues, que el gobierno va a seguir haciendo lo que puede hacer y lo que debe hacer. La Comisión de los Derechos Humanos, cuyo titular ya puso una vez un ejemplo de esto, cuando terminó la investigación del caso Colosio, dijo: “Aquí está todo lo que se puede lograr mediante los mecanismos que tenemos hoy en este país. ¡Hasta aquí llegamos!, y esta es la investigación terminada, pero no concluida. Si dentro de algún tiempo alguien sabe algo más, esto se reabre y se reinicia”. Han pasado ya muchos años y no se ha reabierto el caso Colosio porque nadie ha encontrado mayores evidencias. En este caso de los estudiantes el propio Ombudsman, Luis Raúl González, dice que no se puede terminar esta investigación hasta que no estén todos los involucrados detenidos e interrogados. Murillo Karam dice que faltan muchas cosas por hacer, pero que con las que ya han hecho esto es, lo que él llama, la verdad histórica. ¿Cuándo se podrá empatar la verdad histórica con la verdad histérica? No se sabe. Creo que nunca, porque este asunto va a seguir como aquella película que le dio un Oscar a Frank Sinatra que se llamó “De aquí a la eternidad”.