El Día de Muertos es una celebración profundamente arraigada en la tradición indígena de México, donde la muerte es vista no como una pérdida, sino como un reencuentro temporal con los seres queridos que han partido. Durante esta festividad, se cree que las almas de los difuntos regresan brevemente al mundo de los vivos, nutriéndose de la esencia de los alimentos y compartiendo momentos especiales con sus familiares en los altares coloridos y llenos de significado que se preparan en su honor.

En los últimos años, esta celebración ha evolucionado para incluir también a nuestros amigos de cuatro patas. Aunque es una propuesta reciente, surgida en 2019, la idea de conmemorar el Día de Muertos para Mascotas ha ganado popularidad, sugiriéndose el 27 de octubre como la fecha ideal para honrar a nuestras mascotas fallecidas.

Sin embargo, no es una idea completamente nueva en las tradiciones indígenas mexicanas, que ya otorgaban un lugar especial a los perros en el Día de Muertos. Estas culturas consideran a los perros como guías espirituales que acompañan a las almas en su viaje hacia el descanso eterno, ayudándoles a atravesar los nueve inframundos.

El acto de crear una ofrenda para nuestras mascotas fallecidas es una hermosa manera de honrar su memoria, recordar los momentos felices compartidos y sentirlos cerca a pesar de su ausencia física. En estos altares, podemos incluir sus comidas favoritas, agua, juguetes que les encantaban, premios especiales, fotografías y otros objetos que los representen, como sus collares. Esto es una muestra de cariño que perdura más allá de la muerte, permitiéndonos mantener viva la memoria de esos amigos peludos que formaron parte importante de nuestras vidas.