Jesús Orozco Castellanos
Terminaron las olimpiadas y volvemos a la cruda realidad. Los escándalos y las malas noticias suelen ser la materia prima del periodismo. Dice Joaquín López-Dóriga (que por cierto ya dejó la titularidad del noticiero nocturno del Canal de las Estrellas) que hay miles de barcos navegando por el mundo todos los días, pero sólo el que se hunde es noticia, así ha sido siempre. Hace unos días el periódico inglés The Guardian, publicó un reportaje sobre un departamento en Miami que presuntamente pertenece a la primera dama Angélica Rivera. Ella había declarado que tenía uno en un condominio de Cayo Vizcaíno, marcado con el número 304. Un reportero de The Guardian le dijo al personal de servicio que tenía que entregar un paquete a la señora Rivera en el número 404. Le contestaron que lo podía enviar a cualquiera de los dos números. Aparentemente el departamento del número 404 es propiedad de Ricardo Pierdant, un amigo de Enrique Peña Nieto que tiene interés en las licitaciones para la construcción de puertos en México. En todo caso, el señor Pierdant hizo el pago de los impuestos prediales de los dos departamentos. Por el del número 304 se pagaron cerca de 30 mil dólares. El Presidente Peña declaró que se trataba de una calumnia y que la Presidencia demandaría al periódico inglés, dijo que ciertamente lo del pago del impuesto predial era correcto, que se trató de un favor entre amigos y que posteriormente se le reembolsó el dinero al señor Pierdant. No se ofreció ningún documento probatorio de esos hechos. Como quiera que sea, son muchas propiedades. Después del escándalo de la “casa blanca” de las Lomas de Chapultepec, el escritor Jorge G. Castañeda sugirió a la pareja presidencial que se diera a conocer todo lo relacionado con los inmuebles porque, dijo, “hay más casas” y poco a poco se van a ir dando a conocer. Por lo visto no le hicieron caso y todo indica que, en efecto, se está dosificando la información.
Lo de la demanda a The Guardian estaría por verse, tendría que presentarse en Estados Unidos o en Inglaterra, países en los que estaría radicado el interés jurídico. No podría ser en México, por más que se esté involucrando a la familia presidencial de nuestro país. Evidentemente vendría la contra demanda y allá sí se toman las cosas en serio. Si tuviera éxito la contrademanda, estaríamos hablando de millones de dólares. Es probable que los abogados de la Presidencia estén valorando todos los escenarios. Por donde se le vea, es un escándalo más (“una raya más al tigre”) que ya dio la vuelta al mundo.
Otro asunto que también ya se volvió nota internacional, es una información publicada por el grupo de investigación de la periodista Carmen Aristegui. Resulta que Enrique Peña presentó en 1991 su tesis para graduarse de abogado en la Universidad Panamericana, el tema fue el presidencialismo en la época de Álvaro Obregón, la tesis tiene 200 páginas y 682 párrafos. El texto tiene 197 párrafos plagiados, palabra por palabra, algunas citas aparecen entrecomilladas pero sin referencia bibliográfica. Varios de los libros citados no están mencionados en la bibliografía general al final del libro. La Presidencia de la República respondió de inmediato (ésa es la táctica que se está siguiendo ahora: responder todos los ataques en el momento y no apostarle al olvido) señalando que se trataba de problemas de estilo y que llama la atención que un asunto de hace 25 años se convierta ahora en noticia.
Algunos analistas han comentado que hay una percepción generalizada de corrupción por parte del presente gobierno, por eso perdió el PRI las elecciones del pasado cinco de junio, como lo muestran las encuestas de salida. También por eso el grado de aprobación al gobierno de Peña Nieto, de acuerdo con la más reciente encuesta del diario Reforma, es el más bajo desde que se comenzaron a realizar este tipo de sondeos. Estamos hablando de apenas un 23%, el 77% de la población (más de tres cuartos) desaprueba la gestión del actual gobierno. En este clima, varios comentaristas sugieren que más de alguno podría pensar que el Presidente Peña está acostumbrado a hacer trampa desde que era joven. Pienso que en la Presidencia se parte de un diagnóstico equivocado. El Presidente Peña dijo que la desaprobación tan baja se debe a los intereses afectados por su proyecto de reformas estructurales. Esos intereses, por poderosos que sean, son los de una pequeña minoría, por más que ésta disponga de medios de comunicación a su alcance para magnificar los hechos. Eso jamás podría explicar que casi el 80% de la población (casi 100 millones de habitantes) desapruebe a la presente administración. Además, en este espacio ya hemos comentado que si algún medio periodístico tiene experiencia y confiabilidad en materia de encuestas es el diario Reforma, pionero en este tipo de investigaciones.
Algo que también se ha comentado es que el presidente Peña Nieto va directamente a todas. En sentido estricto, el tema de los departamentos en Miami le corresponde a la Secretaría de la Función Pública, si es que todavía existe ahora que se está planteando el Sistema Nacional Anticorrupción, de hecho Virgilio Andrade ya renunció a su cargo en la Función Pública. Lo de la tesis profesional debería estar en el abanico de la Secretaría de Educación Pública, por tratarse de algo relacionado con la Ley General de Profesiones. Por algo se dice que al Presidente lo están dejando solo los miembros de su gabinete. Ya son varias las ocasiones en que el Presidente sale a dar la cara de manera directa. Y eso desgasta, por supuesto.
El Presidente se queja de que hay gente interesada en que sólo se hable mal del gobierno, sin tomar en cuenta las buenas noticias. Sin embargo, resulta obvio que en el panorama político de cara a las elecciones presidenciales del 2018 las oposiciones estén poniendo el énfasis en lo negativo. Y además, como ya mencioné, las buenas noticias carecen de interés periodístico. Por si fuera poco, la economía no avanza al ritmo que se requiere. La empresa calificadora Standard & Poors ya revirtió la nota positiva que tenía sobre la economía mexicana, lo que desalienta la inversión extranjera directa.
Otro tema preocupante es el de los derechos humanos. Incluso en Los Pinos se piensa que el Presidente Peña podría ser llamado a declarar ante la Corte Penal Internacional de La Haya, máximo organismo en esa materia. Así lo señaló el pasado jueves el columnista Raymundo Riva Palacio. Ya son muchos los casos de ejecuciones extrajudiciales por parte de fuerzas policiales o militares del Estado mexicanos (locales o federales): Tlatlaya (Estado de México), Ayotzinapa-Iguala (Guerrero), Apatzingán (Michoacán), Calera (Zacatecas), Tanhuato (Michoacán), Nochixtlán (Oaxaca). Se habla inclusive de crímenes de lesa humanidad. En algún momento también se pensó que el ex Presidente Felipe Calderón pudiera ser citado en La Haya, se supo defender y eso no ocurrió. Tal vez podría suceder lo mismo con Peña Nieto. No se trata de criminales de guerra, ellos dieron o dan órdenes en acatamiento de políticas públicas pero eso no es jalar del gatillo, como fue el caso del genocida serbio Slobodan Milosevic, que murió en una celda de detención de La Haya en el año 2006. El caso mexicano llama la atención porque muestra que en Los Pinos hay preocupación por los temas importantes y trascendentes.