El próximo lunes inicia el nuevo ciclo escolar 2023-2024, el cual apunta a ser un período repleto de incertidumbre y que, definitivamente, va a poner a prueba a las y los tomadores de decisiones en materia educativa (incluyendo, obviamente, a las y los docentes). Sobra explicar el contexto en el que se ve envuelto el panorama educativo reciente, desde la improvisación de los programas de estudio, la falta de profesionalismo de la SEP, las violaciones continuas a la Ley General de Educación y la coyuntura política que rodea el tema de los libros de texto gratuitos. Por ello, en vísperas del ciclo escolar, vamos a analizar las acciones que va a ejecutar el gobierno del estado de Aguascalientes en la materia, precisando diversos detalles que debieron abordarse meses atrás y que, desafortunadamente, se están atendiendo demasiado tarde.

El día de ayer, la gobernadora Tere Jiménez, anunció el lanzamiento de una plataforma digital denominada “Pasos de Gigante”, que contiene diversos materiales educativos necesarios, con la finalidad de que las y los estudiantes, padres de familia y maestros puedan recurrir a dicha aplicación para actualizarse y poner en marcha las clases. La digitalización de los materiales educativos es una herramienta bastante útil; las lecciones que hemos aprendido de la educación a distancia sugieren que estas alternativas son esenciales para diversificar las actividades escolares, promoviendo didácticas y contenidos complementarios (aunado a que dichas medidas pueden fomentar el aprendizaje autodidacta). También, la gobernadora anunció que las escuelas de educación básica contarán con el servicio de internet de manera gratuita, una medida que es necesaria para garantizar una formación actualizada y con vistas a modernizar cada vez más la enseñanza en las aulas.

Sin embargo, hay que tomar en cuenta que una de las lecciones clave que tenemos en materia educativa es que la infraestructura educativa, por sí misma, no garantiza la calidad. Lo anterior, dado que ésta sirve como un medio que eficientiza la enseñanza, pero no la ejecuta por sí sola, esa es la tarea de las y los profesores. Ahora, la inquietud principal en este nuevo periodo escolar es justamente la calidad de la enseñanza, dado que las críticas que rodean a la “Nueva Escuela Mexicana” son las modificaciones recurrentes a los programas de estudio y la improvisación con la que los elaboraron. Asimismo, otra de las preocupaciones que se han manifestado es la capacitación docente en torno al nuevo plan de estudios y los programas, donde les delegan una carga aún mayor a las y los maestros para armonizar los nuevos contenidos, así como el reto que presenta la gestión escolar en cuanto a las evaluaciones y el seguimiento del aprendizaje de las y los educandos. Y si lo anterior no fuese sumamente preocupante, aún está pendiente el combate al rezago educativo y la nivelación en el Estado, a raíz de la educación a distancia por la pandemia (tarea que, si bien, se ha estado tratando por parte del Instituto de Educación de Aguascalientes, no se cuenta con una evaluación concreta y con contrastes objetivos que pueda determinar la efectividad del programa “los sueños se construyen en el aula”). Si observamos “la imagen completa”, podemos advertir que aún persisten asignaturas pendientes para la administración estatal en materia educativa y que, a raíz del contexto actual, deben atenderse con mayor persistencia y profesionalismo.

El reproche vendría, evidentemente, por el tiempo en el que se están ejecutando estas medidas, ya que se están anunciando a unos días de comenzar el ciclo escolar entrante y que (posiblemente) se planificaron en el calor de la coyuntura nacional a raíz de la polémica en torno a los libros de texto gratuitos (polémica a la que le hemos dedicado una gran cantidad de columnas, críticas y propuestas en los últimos meses). La calidad educativa no es un tema que se debe tratar sólo cuando está en las primeras planas de los diarios nacionales y estatales; este tópico debe ser tratado de manera continua y permanente, con especialistas en pedagogía y docentes, orientando a las y los tomadores de decisiones a estar actualizando las estrategias implementadas en la materia, o bien, proponiendo políticas públicas que busquen la mejora continua del sistema educativo. Finalmente, el propósito es garantizar una educación de calidad para todas y todos los estudiantes hidrocálidos, más allá de cualquier posicionamiento político o ideológico.

El actuar del Gobierno del Estado en el tema es una buena señal, sin embargo, este “actuar” también debe tener una planeación consistente y no sólo emergente. Esperemos que este nuevo ciclo escolar se lleve a cabo de la mejor manera y que las y los estudiantes logren tener una educación de calidad. Pero, lo más importante es que quienes están en el poder comprendan que la planeación eficiente debe ser el ejemplo primordial y que el sistema educativo requiere de una atención cada vez más profesional, de lo contrario, seguiremos estancándonos en acciones improvisadas o, peor aún, en malas decisiones.