Luis Alberto Díaz Agencia Reforma

MONTERREY, NL.- Por muy revolucionaria que sea, la tecnología por sí misma no conforma un negocio, hay que encontrar cómo puede ayudar a resolver una necesidad.
Ésta fue la lección que aprendieron Ariel Garten y su equipo cuando crearon una tecnología de detección cerebral que permite controlar objetos.
Su primer gran cliente fue el Gobierno canadiense, que utilizó la tecnología en las Olimpiadas de Vancouver.
«Logramos que las personas controlaran las luces de la Torre CN y de las Cataratas del Niágara desde el otro lado del País», destacó durante su conferencia en el festival de emprendimiento INCmty.
Después, Garten probó suerte en el mundo de la mercadotecnia ofreciendo desarrollar campañas publicitarias inmersivas, también crearon una silla que levita e incluso un dispensador de cerveza controlado por el cerebro.
«No era donde nuestra pasión estaba, queríamos contribuir al mundo», afirmó.
«Por un lado, las estadísticas muestran que el estrés provoca enfermedades y por otro lado veíamos una revolución de la meditación, muchas personas la practican».
Finalmente, crearon Muse, una diadema con sensores cerebrales que miden tu actividad cerebral y permiten relajar y entrenar la mente mientras se practica la meditación.
«Usamos la tecnología no para controlar el mundo, sino para ver qué está pasando dentro de tu cabeza», agregó.
«La diadema registra la actividad de tu cerebro y manda la información a un celular o tableta».
Muse ayuda a las personas a concentrarse cuando practican meditación, pues cuando se relajan escuchan sonidos pacíficos de la naturaleza y cuando pierden la concentración escuchan tormentas, explicó.
Haciendo meditación con Muse, la habilidad para recordar las cosas mejora, se disminuye el estrés y aumenta la productividad, aseguró.
«Se ha utilizado con niños y mejoran un 50 por ciento sus calificaciones en matemáticas y disminuyen un 24 por ciento su comportamiento agresivo», dijo.
Muse, está disponible en Best Buy en Canadá y en Target en Estados Unidos.
Para Garten, graduada de la carrera de neurociencia y madre de un bebé de 6 meses, todo es cuestión de tener una mentalidad positiva.
«Todos tenemos ese crítico interno, esa voz de inseguridad que nos detiene y no nos deja brillar. Esos pensamientos no son reales, dile a tu crítico interno que se vaya», recomendó.