RODRIGO ÁVALOS ARIZMENDI
Un día antes de Navidad uno de mis nietos se contagió de COVID-19. Sin saber que ya estaba contagiado, pues sólo tenía dolencia de garganta y tos, siguió haciendo su vida normal dos días, pero al aumentar las molestias acudió al médico quien le indicó que se aislara en su casa por si era coronavirus, y le dio algunos medicamentos para las molestias que traía y le aconsejó acudir a hacerse la prueba del COVID. Y sí, desafortunadamente salió positivo. Además, también contagió a su mamá, mi hija, que en una de esas noches sufrió un ataque de pánico en la madrugada, y cómo no, si esta enfermedad es mortal. A partir de ahí todo fue encerrarse todos en su casa y gracias a un médico amigo, el Dr. Miguel Ángel Arizpe, que los recetó, han ido poco a poco capoteando este temible mal y mejorando poco a poco. Lo anterior me hizo reflexionar sobre lo que esta pandemia significa. Con este problema encima medité mucho más lo que estamos viviendo a nivel mundial, pero sobre todo como se está manejando la pandemia en nuestro país y para empezar me di cuenta de que a pesar de que más vale prevenir, vamos a tener entonces que lamentar porque no se está haciendo nada efectivo en México, comparado con lo que llevan a cabo otros países. Me di cuenta de lo frágiles y vulnerables que somos.
Le comento que de acuerdo con los hallazgos de los científicos demuestran que la protección de la vacuna AstraZeneca disminuye aproximadamente tres meses después de haber sido inoculada la segunda dosis. Las investigaciones han analizado datos de dos millones de personas en Escocia y 42 millones de personas en Brasil que habían recibido dos inyecciones de esta vacuna AstraZeneca. Es importante resaltar que al momento del estudio Ómicron no había sido identificada, por lo que no se analizó la efectividad de las dosis frente a esta variante.
Ahora bien, ¿Cómo se ve la situación a consecuencia del expansivo contagio de la variante de Ómicron? Y ¿Cómo vemos la reacción de las autoridades en México frente a esta amenaza que puede provocar una cuarta o quinta ola de contagios? El Ómicron ha sido el motivo de una cuarta ola y ha provocado ya problemas muy serios en varios países. Está aumentando no sólo el número de casos sino también de hospitalizados y ha habido ya un número significativo de muertes. Y es suficiente con ver el hecho de lo que está sucediendo en poblaciones mejor vacunadas que la mexicana, como para tomar la decisión de implementar una serie de protecciones sociales, cosa que no está sucediendo en México. Porque estamos viendo en Estados Unidos, en Europa, la Organización Mundial de la Salud, etc., la alarma que lanzan las autoridades, pero vemos que en México no hay alerta, no se han parado las verbenas populares, no se están parando las fiestas, somos como un país aparte, pareciera que tenemos una protección especial, lo cual pues no es verdad, pareciera que estamos en un universo donde las cosas son diferentes, pero no. Muy pronto nos vamos a llevar un golpe muy severo. La evidencia de que Ómicron anda circulando ya ha sido reconocida en días pasados cuando se dio a conocer que en algunos estados de la República se detectaron algunos casos. Por lo que una vez liberada esta variante en la sociedad mexicana, la única posibilidad que tenemos enfrente es que nos vaya a golpear de una manera severa. Hay evidencia mundial de que puede vencer a la protección inmunológica que nos dan algunas vacunas y la experiencia previa de enfermedad. Por ello creo que toda la mesa está puesta para que nos pegue de lleno. Lamento en verdad que la autoridad, dixit López-Gatell, no recapacite sobre la evidencia de lo que está sucediendo en todas partes y sigan con esta intención de efectividad que probablemente provocará muchos problemas.
Uno se preguntaría: ¿Pero porqué el gobierno reacciona de esa manera si ya no estamos en época electoral, si ya no estamos abonando votos o simpatías a tal o cual causa ideológica? Estamos hablando de un servicio sanitario para la población en general, no importa su partido político. Hoy hay mucho más riesgo por la difusión tan rápida del Ómicron de manera expansiva que contagia y que nos puede llegar por cualquier parte. No hay medidas sanitarias para restringir el acceso de viajeros extranjeros en nuestros aeropuertos, en nuestras fronteras, en los puertos. No se entiende porque México está viviendo un universo paralelo. Lo anterior no lo entiende nadie. Esta situación sólo se puede entender a partir de la arrogancia; de esta posición de pensar que si el cien por ciento de la población ha decidido alguna vacuna o ha enfermado, seguramente va a ser menor el impacto, de lo cual obviamente no hay nada seguro. Creo que esta variante puede provocarnos mucho daño; no todos tienen la misma capacidad de enfrentarla y esa sería una prueba de que se a puesto muy por encima la argumentación política a la argumentación científica.