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Agencia Reforma

GUADALAJARA, Jalisco.- Gritos de custodias, alertas por radio y la invasión de internos en al menos a un par de torres ocurrieron en el Reclusorio de Reinserción Social en Puente Grande los últimos minutos del 10 de febrero y los primeros del día 11.
Ese día, de acuerdo con testimonios de fuentes consultadas por Grupo REFORMA, fueron violadas al menos tres custodias en 2 torres del penal por un grupo de internos con la complicidad de autoridades penitenciarias.
Señalaron que las afectadas no quieren denunciar porque recibieron amenazas y están aterradas.
Testimonios de tres distintas fuentes del complejo penitenciario de Puente Grande y un documento oficial corroboran que 15 mujeres custodias estuvieron en las torres y en el horario de la denuncia.
José S., fue el jefe de grupo, y Genaro C. fue el supervisor a cargo de un vehículo para realizar traslados.
Ambos son señalados por presuntamente coludirse ese día con internos del dormitorio 11 que ocupa Nezahualcóyotl Ibarra Ramos, «El Neza», principal líder de autogobierno en el penal,y sus cómplices, quienes realizaron una «reunión».
Las fuentes aseguraron que los internos se movieron sin límites en el penal y que aprovecharon los relevos de custodios en las torres para subir a las 2:00 horas para atacar a las mujeres.
«Sucedió casi a las 2 de la mañana, nos dio mucho coraje», dijo uno de los testigos.
«Estaban nuestros compañeros ahí en el área de Gobierno y corrió para allá una mujer y gritó y salieron los compañeros, ‘¿qué pasa?’, ‘¡se les metieron allá y querían agarrarme a mí también, nomás que me les zafé!», refirió la fuente consultada.
Otro testigo aseguró que se escuchó por radio que al menos cinco internos habían subido a la torre 2, una de las más próximas al dormitorio 11 a donde se llevaron a una de las custodias para agredirla.
«(Una víctima) bajó a abrir para que ella (otra víctima) la relevara, fue en el momento que aprovecharon los perros para subirse a la torre, a una se la llevaron al (dormitorio) 11, y en la torre se quedó otra chava», expuso otra fuente.
Todos coincidieron en que todo se aclararía si hubiera una investigación de carácter penal real y que hubo amenazas hacia las custodias en general.