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Agencia Reforma

MANAGUA, Nicaragua.- El Gobierno de Daniel Ortega ordenó congelar las cuentas bancarias de las nueve Diócesis de Nicaragua, un hecho que, según la Policía Nacional, se dio tras informes de supuesta «actividad ilícita en el manejo de fondos y recursos» por parte de personas «condenadas por traición a la patria».
Se trata del último golpe que da el régimen sandinista contra la Iglesia Católica, en la misma semana en la que se reportaron al menos tres sacerdotes detenidos por las autoridades.
Según la prensa local, todas las parroquias se han quedado sin fondos y no pueden acceder a sus cuentas bancarias.
En una nota publicada ayer, la Policía Nacional no precisó detalles de quiénes son las personas condenadas por traición a la patria y que supuestamente habrían manejado los fondos de las Diócesis de manera ilícita.
No obstante, el régimen mantiene encarcelado al Obispo crítico de Ortega, Rolando Álvarez, administrador de las Diócesis de Matagalpa y de la de Estelí -la primera a la que le fueron congeladas las cuentas bancarias-.
Otros dos sacerdotes de Estelí fueron sacados de sus parroquias y retenidos por la Policía el fin de semana. Un tercer cura de Matagalpa fue detenido el martes.
Ortega ha acusado a la Iglesia Católica de apoyar la revuelta social de 2018, que su Gobierno calificó de fallido golpe de Estado.