
Staff Agencia Reforma
CIUDAD DE MÉXICO.- Para celebrar las fiestas patrias, nada mejor que festejarlas sano, sobrio y seguro. Pero si no pudiste evitar esas copas invitadoras, sigue mejor los consejos de los que saben cómo ganar la batalla a la tentación de terminar vencido por el alcohol y el exceso.
Los expertos invitan a que consideres que después de la euforia puede llegar la amarga «cruda» matutina, un potencial accidente o una enfermedad que te tumbe en la cama como saldo de tantas desveladas y excesos.
El médico Rodolfo Márquez señala que los excesos con bebidas embriagantes, comida, baile y música a todo volumen, traerán seguramente resacas que pueden ir más allá de la simple desvelada, jaqueca o «cruda».
«Además de consumir más alcohol, las personas se trasnochan de más, lo que provoca mucho cansancio que aviva añejas y nuevas enfermedades, así como riesgos de accidentes de todo tipo», explica el médico.
«Además de las consecuencias físicas, todo este exceso fomenta los accidentes automovilísticos, que en el 80 por ciento están relacionados con el alcohol y cansancio. Aumentan mucho las tragedias, a pesar de que todos estamos más que advertidos», comenta Márquez.
Cuida tu cuerpo
Las desveladas y el desgaste físico provocan afectaciones al sistema nervioso central como excitación, agitación, temblor, sudoración y disminución de los reflejos, explica Márquez.
«Además de la desvelada, el consumo abundante o continuo de alcohol produce malestares en el sistema digestivo, que se recrudecen con la ingesta de alimentos altos en grasas, que provocan gastritis u otras alteraciones», detalla el médico.
El fisiólogo Jorge Valenzuela Rendón señala que la resaca o «cruda» no es otra cosa que la respuesta corporal a la ingesta excesiva de alcohol.
Al concentrarse en la sangre, el etanol de la bebida ingerida alcanza entre los 200 (moderada) y 400 miligramos por decilitro (severa), explica.
Este proceso ocurre a partir del estómago, intestino y colon, que, a través de la sangre, conducen el alcohol por todo el cuerpo hasta que, por el exceso, se experimentan malestares como mareo, gastritis, náusea, dolor de cabeza, sed y hasta sensación de frío, depresión anímica, sentimiento de culpa y cansancio.
Márquez dice que el alcohol no es un estimulante, como la gran mayoría de la gente cree.
«En realidad es un depresor del sistema nervioso central y, por tanto, no fomenta la alerta ni activa al cuerpo», dice. «La gente se pone alegre o agresiva porque el alcohol afecta sus funciones inhibitorias».
Otra acción del alcohol se orienta hacia los vasos sanguíneos, a los que dilata, de manera que por ellos transita más sangre que se dirige hacia la piel. De ahí que la cara de la gente enrojezca y se experimente calor.
En todo este mar de excesos, el sistema digestivo sufre muchísimo, añade Valenzuela Rendón.
…y para después
– No hay nada peor para tu organismo que tomarte una cerveza, comer chile o cualquier otro irritante, pues empeorarás tus malestares.
– Se recomiendan para los males estomacales atoles, gelatina, caldos, leche y pan tostado.
-Para el dolor de cabeza se recomiendan analgésicos que no irriten el estómago.
– La náusea se puede combatir con un antiácido, de preferencia líquido.
– La sed se puede aliviar tomando jugos, leche, limonada o, mejor aun, bebidas que contengan electrolitos y glucosa (sueros).