
El campo de Aguascalientes empieza a florecer aún en época de frío. El ciclo productivo otoño-invierno se vuelve más atractivo para los productores agrícolas locales al percibirse un incremento en la superficie sembrada durante esta temporada, reconoció el delegado federal de Sagarpa, Ernesto de Lucas Palacios.
En los últimos dos años, se ha percibido un ligero aumento de entre 15 y 20%, que destaca por tratarse de cultivos de temporal, debido a buenas condiciones de humedad, que alcanzan cerca de 12 mil hectáreas.
Refirió que el ciclo de otoño se enfoca en un 80% para forrajes, aprovechando un buen volumen de almacenamiento, para lograr segundas cosechas, sin descuidar que haya disposición del líquido para la temporada principal.
La extensión del ciclo otoño-invierno se concentra en la siembra de forrajes, avena, cebada, y triticale, combinándose con cultivos perennes y hortalizas como lechuga y coliflor que corresponden a cultivos para época de frío.
Para el funcionario, el ciclo de otoño sigue siendo un esquema de siembra básica de forrajes, que no se compara con la producción del ciclo de primavera-verano en el que se siembran cerca de 160 mil hectáreas, pero el crecimiento es alentador.
Expuso que oficialmente el ciclo otoño-invierno empieza a mediados de septiembre, pero debido a las precipitaciones menores a las del año pasado, se espera que las labores de siembra se den durante octubre.
Indicó que se tiene programada la siembra de 1,600 hectáreas de avena y una superficie considerable de triticale, que está siendo aprovechado con éxito por los ganaderos, gracias a la disponibilidad de agua.