
Por: Juan Pablo Martínez Zúñiga
PROGRAMA DOBLE NETFLIX
En realidad, el espectador no debería saber nada más que esta película se trata de una comedia de acción que pone en la batidora toda estructura argumental que ha arrojado éxitos en taquilla como el escape carcelario o los golpes de contextura épica y que cuenta con las estrellas del momento: Dwayne “La Roca” Johnson, Ryan Reynolds y Gal Gadot, cobrando la nadería de veinte millones de dólares por piocha (además de 10 millones de los verdes para Rawson Marshall Thurber por escribir y dirigir este monumental engorro) para crear la cinta más cara en la historia de Netflix (o por lo menos eso es lo que el gigante del streaming pregona). Con esta información sabemos que el resultado será un ejercicio descerebrado que mezcla lo jocoso con la adrenalina donde cada actor hace lo suyo llevando en automático la trama sin que ésta se complique o exija algo a la audiencia más que su entera atención. ¿Y saben qué? Eso debería bastar para mitigar la congestión mental que produce el cotidiano y escaparnos de ello una hora y 48 minutos si no fuera porque Thurber embute sin piedad los chistes más malos que se le pudieron ocurrir en una historia que ni el más curtido de los cinéfilos puede adivinar apenas avanzada la trama, pues esto no es más que el show de “La Roca” y Reynolds haciendo el número que nos sabemos de memoria desde hace años (el primero luciendo estoico mientras que el segundo ametrallando verbalmente con chistes y sarcasmos tal cual lo hace en “Deadpool” y muchas otras cintas) mientras que Gadot parece luchar por encontrar la dignidad en este pueril intento de película sin que ello salve este descarrilamiento de clichés. Y aquí es cuando la película comete su principal pecado: aburrir al respetable con su avalancha de situaciones, momentos y diálogos trillados que ni el más adicto a la simplificación narrativa puede encontrar divertido, pues una cosa es regodearse en la fórmula y hacer algo con ella y otra es creer que el espectador padece de sus facultades mentales como para engullir lo que sea que le pongan enfrente. Por eso esta trama sobre un ladrón de arte (Reynolds), supuestamente el más fregón y capaz del planeta, debe hacer dueto forzado con un agente del FBI (Johnson) para encontrar uno de los fabulados Huevos de Cleopatra teniendo a la CIA tras ellos y a una misteriosa atracadora conocida como El Alfil (Gadot) que parece estar siempre un paso delante de ellos. Entre muchas, pero muchas persecuciones, chistes malísimos que harían la delicia de “Capulina” y escenas hurtadas (supongo en homenaje a los personajes principales) de otras producciones hacen de “Alerta Roja” una ordalía, como otros esfuerzos de Netflix como “Misión de Rescate” o “El Ejército de los Muertos” que son una verdadera hazaña poder llegar al final ante su artificial e impersonal ejecución. Con riesgo a sonar carcamán, en verdad cómo se añoran aquellas cintas de antaño que poseían estos elementos pero sin la pretensión ambiciosa de sólo amasar dinero, tan sólo la sana intención de entregarnos un escapismo honesto y sin estas banales complicaciones.
“EJÉRCITO DE LADRONES” (“ARMY OF THIEVES”)
Al igual que “Alerta Roja”, esta precuela de Netflix al mediano éxito de “El Ejército de los Muertos” confeccionada por ese chapucero de primera llamado Zack Snyder ya coloca a la audiencia en posición de guardia al saber lo que les va a tocar, pues con éste señor amante del arroz inflado no hay de otra: secuencia tras secuencia de estilizado manejo de la acción cinematográfica entre chascarillos inmundos y exceso de uso del ralentí con un aderezo dramático / sentimental que ni al caso. Pero, a diferencia de aquella cinta con “La Roca”, Ryan Reynolds y Gal Gadot aquí ya sabemos perfectamente con cuáles piedras hemos de tropezar y los socavones argumentales que deberemos sortear, los cuales se presentan cual armónico desastre al que Snyder ya nos empieza a acostumbrar, en este caso con la historia del infame ladrón alemán Ludwig Dieter (Matthias Schweighöfer) antes de su posterior aventura en Las Vegas infestada de zombis. Aquí veremos cómo éste experto en abrir cualquier caja fuerte se involucra con otro grupo de asaltantes, cada uno asumiendo a la perfección el arquetipo característico en este tipo de ensambles –la chica afroamericana sexy que será el objeto del afecto de Ludwig, la nerd ruda que hackea lo que sea, el novio de la chica sexy que puede ser tan bruto como listo y un regordete barbón que se supone pondrá la bis cómica al asunto-, con el fin de robar una serie de bóvedas creada por un legendario constructor y relojero europeo llamado Hans Wagner siglos atrás que no sólo se precian de ser impenetrables por su código basado en cuatro anillos, también cuentan la historia de Siegfried y Los Nibelungos, cosa que a estas alturas no sólo luce pretencioso sino que uno desearía mejor ver aquella mítica historia germana que ver su banalización como un “McGuffin” en esta cinta. El punto dramático será el conflicto que despierta en Ludwig por realizar su labor correctamente mientras anida sentimientos por su compañera sexy (Nathalie Emmanuel, quien aquí prosigue haciendo el bonito sin realmente actuar como lo hiciera en las de “Rápido y Furioso” o “Maze Runner”) a la vez que medra su entusiasmo por enfrentarse a estas bóvedas y el pavor que le produce ser capturado por la INTERPOL, la cual está pisándole los talones a este disímbolo grupo. El guionista Shay Hatten se va por lo fácil y procura construir al personaje principal como un ente adorable con su buena dosis de traumas infantiles para despertar la empatía del público (y de la chica sexy, claro) pero con buena dosis de inteligencia y conocimientos sobre su deshonesto oficio, lo que hace el proceso un poco más tolerable, pero el sueño rápidamente invade al espectador cuando todo se produce de la forma más rutinaria y básica al gusto del productor Snyder, quien le ha relegado la tarea de dirección al mismo Schweighöfer, a su vez un sujeto que entiende los mecanismos del cine comercial sin entregar algo propio o siquiera propositivo. “El Ejército de los Ladrones”, con todo y su ambicioso despliegue de hurtos, lo único que consiguen robarnos es el tiempo.
Coro: corte-yqueda@hotmail.com