
Leticia Acuña Medina
Mañana se celebra el Día de Muertos y la Diócesis local recomienda a los fieles no dejarnos envolver por la cultura híbrida. Hay que honrar a nuestros muertos, tenerles el respeto que merecen, y no conmemorar a las brujas; los sacerdotes piden no convertir una celebración religiosa en una fiesta pagana.
Esta conmemoración tiene origen prehispánico, en la que cada dos de noviembre recordamos especialmente, a los difuntos. En el año 2003, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), declaró esta festividad como “Obra maestra del patrimonio cultural de la humanidad”, ya que representa uno de los ejemplos más relevantes del patrimonio vivo de México y del mundo, y es también una de las expresiones culturales más antiguas y de mayor plenitud de los grupos indígenas que actualmente habitan en nuestro país.
Diversos estudios históricos y antropológicos han permitido constatar que las celebraciones dedicadas a los muertos no sólo comparten una antigua práctica ceremonial en la que conviven la tradición católica y la precolombina, sino también manifestaciones que se sustentan en la pluralidad étnica y cultural del país.
Por este motivo, el INEGI presentó una selección de datos estadísticos sobre la mortalidad en el país. El monto de las defunciones es diferente según la edad y el sexo de la población. En 2014 se registraron más de 633 mil defunciones y la mayoría de ellas se concentró en edades adultas: 63.8% aconteció en la población de 60 y más años, 24.5% en adultos de 30 a 59 años; mientras que la población infantil (0 a 14) y joven (15 a 29 años) representa 5.9% y 5.3% de las defunciones totales, respectivamente.
Por sexo, se observan notables diferencias explicadas por factores biológicos y sociales propios de cada género.
En 2014 fallecieron 131.2 hombres por cada 100 mujeres; esta sobremortalidad se manifiesta en todos los grupos de edad y es más marcada en el grupo de 20 a 34 años con 313.7 defunciones masculinas por cada 100 defunciones femeninas.
Los avances científicos y tecnológicos han hecho que en la actualidad, la población no sólo viva más años, sino también que las principales causas de defunción se den por padecimientos crónico-degenerativos. De acuerdo con las proyecciones que estima el Consejo Nacional de Población (Conapo), en 2016 la esperanza de vida de los mexicanos es de 75.1 años. En tanto, los registros administrativos indican que las principales causas de muerte registradas en 2014 asociadas a enfermedades crónicas degenerativas son: la diabetes mellitus (14.8%), las enfermedades isquémicas del corazón (13.0%), las del hígado (5.4%) y las cerebrovasculares (5.2%), ocasionando en conjunto, 38.4% de los decesos totales. Aunque este es el panorama general, en los diversos grupos de edad se observan diferenciales en las causas de muerte.