Al celebrar la eucaristía dominical en la Catedral Basílica, el Obispo Juan Espinoza Jiménez hizo un llamado a todas las empresas de autoservicio, restaurantes y todos aquellos establecimientos que preparan alimentos no tirar la comida que les sobra o que no se les vendió, es mejor entregarla a los necesitados y pobres.
“Cuando una persona o empresa incurre en esos comportamientos, actúa con pobreza de espíritu, y esta frase significa que debes valorarte a ti mismo; no desperdiciar nada ni comida, ni tiempo, ni las cosas que posees. También abarca cuidar al otro, sea en el seno materno o bien aquellas personas consideradas como los descartados e invisibles, pero ellos tienen derecho a vivir en amor”, aseveró.
Asimismo, llamó a vivir en la justicia y en la santidad, pero ser santos no se limita a esa imagen que vemos en los altares, sino que implica desarrollar cualidades y virtudes, no perderse en la fama, el poder, el dinero, sino saber que la vida depende de Dios y al confiar se puede tener muchos bienes y conocimientos, sin perderse en el egoísmo al saber que son del Creador.

Ser santos en el mundo de hoy abarca trabajar en las 8 bienaventuranzas:
1.– Ser pobres de corazón, esto implica una vida austera, compartir con la familia y con los más necesitados. Llevar una existencia sobria y moderada.
2.- Reaccionar con humildad, si vivimos tensos y engreídos ante los demás, terminamos cansados y abrumados. Pero cuando actuamos con ternura, sin sentirnos más o menos que los demás, podemos ayudarnos y evitar los desgastes y la pérdida de energía.
3.- Saber llorar con los demás es santidad, es vital comprender la necesidad de socorrer al otro en su dolor, comprendiéndolo sin juzgarlo.
4.- Buscar la justicia, esta empieza en la vida propia con tus decisiones y luego se expresa hacia los débiles y los pobres.
5.- Mirar y actuar con misericordia es santidad, implica dar, ayudar, servir al otro, pero también perdonar y comprender.
6.- Mantener el corazón limpio de todo lo que mancha el amor.
7.- Sembrar paz en tu alrededor, mantener una buena relación con todos aunque sean personas difíciles, extrañas o complicadas.
8.- Aceptar el camino del Evangelio, aunque traigan problemas, envidias, resentimientos, burlas por parte de terceros que quieren moverte en su fe.

Licenciada en Medios Masivos de Comunicación de la UAA. Reportera de la fuente local desde hace casi 30 años. He cubierto diferentes fuentes informativas, aprendiendo de ellas y compartiéndolas con la sociedad.